• La invitación: En los campos de concentración era habitual que los verdugos escogiesen a un prisionero cualquiera y le diesen entre todos una brutal paliza; seguidamente se le suministraba una cuerda o cinturón y se le encerraba en las letrinas o cualquier habitación “invitándole” a suicidarse; si tras 10 minutos de espera el prisionero no se había suicidado se le daba otra paliza; evidentemente muchos prisioneros prefirieron suicidarse para evitar la segunda paliza.
• La tala de árboles: En los bosques de árboles altos se obligaba a los prisioneros a subir hasta la copa de los mismos y reunir allí a un buen número de ellos. Después otros prisioneros talaban el árbol desde su base y al caer los reos que estaban en la copa morían por la caída.
• El veneno: En ciertas poblaciones de este de Europa, oficiales de la S.S. reunían a los niños de los pueblos en grandes grupos y bajo sonrisas y juegos y con la excusa de una excursión campestre se les llevaba a un campo o bosque cercano en donde se les daba bebidas calientes con galletas envenenadas; pocos minutos después de tomarlas morían entre dolores terribles por el veneno.
• Incineración: Esta era la forma de morir de quienes informaban a otros presos de lo que realmente ocurría en las cámaras de gas. Si un sonderkommando decía a los recién llegados que iban a morir era introducido vivo en un horno crematorio y asesinado de esta manera cruel como ejemplo para los demás.
• Muerte por el fuego o por bombas: Este método era habitual de la Ustasha; cuando llegaban a cualquier pueblo del este de Europa reunían a la población y separaban a mujeres, niños y ancianos por un lado y a hombres por el otro. Los hombres eran torturados y fusilados y los demás encerrados en graneros, iglesias o sinagogas a las que se les prendía fuego para morir abrasados en su interior o se introducían por las ventanas granadas de mano y bombas.
• El despeñamiento: En las canteras y obras en las que trabajaban prisioneros esclavizados a los más débiles o agotados por la fatiga y el hambre se les empujaba al vacío para morir despeñados; a estos muertos habría que sumar los que voluntariamente se arrojaban buscando una muerte rápida y menos dolorosa.
• El hambre: Los prisioneros que eran seleccionados para vivir eran sustentados con raciones ínfimas de algo parecido a café (que no era café) por la mañana, una especie de sopa al mediodía y en algunas ocasiones un pedazo de pan duro. En poco tiempo la débil alimentación unida a la fatiga del trabajo continuado daban cuenta de la deteriorada salud en poco tiempo pero eso no importaba al régimen nazi ya que el continuo flujo de nuevos prisioneros sustituían a los muertos por el hambre. Otra forma de morir por el hambre era el castigo; muchos prisioneros eran encerrados en grupo y atados a las paredes de una celda para dejarlos morir de hambre; tal es el caso del sacerdote Maximilian Kolbe que prefirió dar su vida a cambio de la de un prisionero condenado a morir de hambre y que imploró por vivir para volver con su mujer e hijos; este sacerdote junto a otros seleccionados murió de hambre y sed como castigo.
• El martillo: En algunos campos de concentración y exterminio (sobre todo en los de Polonia) se utilizó un sistema eficaz y barato de asesinar en masa; un prisionero era colocado tumbado y bocabajo y un martillo enorme accionado por una palanca golpeaba brutalmente la cabeza del reo por lo que le producía la muerte inmediata; unos chorros de agua para eliminar la sangre que manaba de la cabeza y otro prisionero se colocaba bajo el martillo.
• Fusilamientos masivos: En cualquier bosque se reunían centenares o miles de prisioneros a los que se les obligaba a desnudarse. Un grupo de ellos bien por su fortaleza física o por humillarlos eran destinados a cavar enormes fosas; una vez que estaban terminadas se reunían pequeños grupos desnudos al borde de las fosas y se les disparaba con las ametralladoras en ráfagas o disparos de pistola; una vez que este grupo estaba muerto se traía otro y el sistema se repetía; familias enteras fueron asesinadas de esta manera.
• Cámaras eléctricas: Aunque su existencia no ha sido probada si queda constancia por los testimonios de testigos y los propios acusados de Núremberg. Eran cámaras en las que el suelo metálico estaba electrificado; una vez que la cámara se encontraba llena de prisioneros se activaba la corriente eléctrica y morían electrocutados de forma terrible.
• La estaca: Una de las formas de asesinar favoritas de los S.S.; con los brazos atados a la espalda se les colgaba por la unión de las muñecas por lo que las articulaciones se fracturaban, los húmeros se desarticulan junto con la escápula y la clavícula. Tal dislocación producía horribles deformaciones, a menudo permanentes. La agonía se alargaba hasta que al fin el esqueleto se desmembraba. Al final, la víctima, paralizada, moría tras una dolorosa agonía.
Muerte por duchas: Era común instalar en las regiones heladas duchas de campaña conectadas a bombas de presión; los prisioneros eran obligados a desnudarse en mitad de la nieve e introducirse bajo el agua helada de las duchas por lo que pronto morían de frío. Otra forma de morir por este medio era para el divertimento de los verdugos: Se cavaban agujeros en la nieve en los que metían hasta medio cuerpo a prisioneros desnudos para una vez inmovilizados echarles cubos de agua hasta quedar convertidos en estatuas de hielo. .
• Cámaras de gas (1): Las cámaras de gas primarias eran habitáculos toscamente construidos incluso de madera en las que se metían de 500 a 700 prisioneros en apenas 25 metros cuadrados; una vez que quedaban encerrados se arrancaba un motor diésel exterior y que cuyo escape estaba conectado a la cámara. La muerte en estos casos con el monóxido de carbono era rápida e indolora ya que antes de morir el prisionero se aletargaba en un sueño mortal carente de dolor físico aunque brutal por saber que iban a morir.
• Cámaras de gas (2): Con el buen resultado que dieron las cámaras primarias y con la “solución final” en marcha se construyeron cámaras sólidas y dotadas de simuladas duchas por las que se introducía el gas Zyklon B; el proceso para morir estaba inteligentemente estudiado: Primero y tras la selección de los prisioneros sentenciados eran llevados mediante engaños a una habitaciones en las que se obligaba a desnudarse bajo el pretexto de someterlos a una duchas de desinfección y limpieza. Cuando ya estaban apretados en la cámara, esta se cerraba con puertas metálicas y estancas y comenzaban a expandir el gas por las duchas; los gritos de horror eran espantosos mientras que por las mirillas o ventanucos de la cámara observaban los S.S. la lenta y dolorosa agonía de la muerte. Una vez que todos estaban muertos y el gas eliminado se abría otra puerta en la que los sonderkommandos arrancaban las piezas dentales de oro y recogían anillos y pequeñas joyas que escondían en los orificios vaginales o anales. Tras este proceso los mismos sonderkommandos los introducían en los hornos crematorios para incinerar los cadáveres.
Ahogamientos masivos: Este método era usado en mayor medida por la Ustaše y tropas S.S. del este de Europa. En algunos momentos y cuando la falta de munición se unía a suelos duros y helados por el frío que no permitía cavar fosas comunes se agrupaban formaciones de prisioneros (hombres, mujeres y niños) a los que se les rodeaba con cuerdas o alambres formando círculos de varias decenas de personas para ser arrojados a un río o pantano. La muerte por ahogamiento era inevitable.
• El ahorcamiento: Prisioneros fornidos eran obligados a talar árboles y construir con ellos toscas construcciones para ahorcar a los reos; en grupos eran subidos a los troncos y se les colocaba una cuerda alrededor del cuello para después derribar el tronco en donde se apoyaban y morir asfixiados.